domingo, 31 de enero de 2010

La noche de lágrimas


Capítulo 1: El Orfanato

El Orfanato “San Jorge” abría sus puertas el día 18 de marzo de 1968. Era un edificio enorme con techos de una arquitectura gótica. En su interior, una gran chimenea de piedra oscurecida por el carbón recién puesto. Dentro del establecimiento se encontraba el “Gran Salón”. Se ubicaba allí dos grandes mesas y en el fondo la imagen de Jesús en la Cruz. En el ala Este, estaban las aulas, donde las monjas se dedicaban a enseñar, y detrás de cada aula, había “un cuarto oscuro”, lo llamaban así porque allí iban los castigados y eran azotados con una varilla para que aprendieran a no pecar. En el ala Oeste se encontraba la lúgubre iglesia, los bancos estaban hechos de madera clara de Finlandia y lo demás todo de mármol “Negro Marquina” y un Jesús crucificado ENORME! Que miraba fijamente y provocaba sensación de miedo. Abajo del Cristo, se ubicaba el lugar de confesión y al lado la sala de los sacerdotes, donde allí programaban las misas que por cierto, echas todas en latín. Los curas dormían en ese cuartucho y allí también castigaban a los niños de modo mas sanguinario, pues los sentaban y hasta que no se arrepintieran de sus pecados les quemaban las uñas y las pestañanas con una vela santa. Los castigos eran determinados por el Cura mayor, Alair Catadupa. Los peldaños de las escaleras eran quejosos y sonaban como gritos cuando uno las pisaba, llevaban al segundo piso donde se encontraban los dormitorios y en el tercer piso, estaba el campanario, que al poco tiempo las palomas y algunos cuervos se estacionaron allí para poner sus huevos. Estaba PROHIBIDO ir al campanario, sería una falta de respeto y un pecado ante Dios, solo podían tocar las campanas los curas. El orfanato fue fundado por el Intendente del pueblo de Phoenix, Jack Jefferson, quien había contratado a 5 monjas dispuestas a enseñar la palabra de Dios y 5 Curas encargados de realizar las misas. Había 38 habitaciones cada una con dos cuchetas para los niños. La institución se encontraba lejos del pueblo, diria “Lejos de la civilización” aunque el campo era un valle de serenos declives y verdes montes con un río de aguas cristalizadas. Hacia el oeste estaba el bosque, IMPENETRABLE!!!. El bosque se cortaba en los pronunciados valles de las montañas y solían tener un aspecto terrible. Decian que el mismo guardaba peligros de todo tipo, y que allí, en el centro de la espesura, se abría un lago profundo que servía de morada a algunos fantasmas, comentaban que allí torturaban a los indios para ocupar sus tierras.
Los artesanos del lugar se comprometieron a construir juegos para los niños, como toboganes hechos de metales oxidables, pintados de colores apagados y siempre con el sello del orfanato y pos supuesto el del artista también. Había subibajas y provocaba un poco de miedo la gran hamaca en el centro del patio. Era espeluznante, estaba echa de roble costoso, pero apuntaba al bosque siempre oscuro, y provocaba cierta sensación de terror.
- Los niños llegan mañana- Habló Jack a los siervos de la palabra del Señor- Quiero que sean tratados como debe ser, con disciplina, rectitud para que cuando los adopten, sean niños educados y respetuosos. Aquel que no cumpla las órdenes, saben lo que tienen que hacer… Si no hay más preguntas, me voy y espero que se hagan las cosas como quiero.
El intendente se subió en su Volkswagen Escarabajo, el cual se hacia más pequeño al alejarse por el carril de tierra…


Se había hecho de noche, y la hermana Madelaine se había despertado asustada, como si algo la hubiese empujado bruscamente, ¿sería un tipo señal?.
Bajó para tomar un poco de agua, pensó que sólo era su imaginación. Se sentó en una silla en el medio de la cocina, y de repente una silla de movió bruscamente, deteniéndose justo al frente de ella. Madelaine dilató sus ojos con mucho terror, se quedó petrificada viendo la silla quieta, comenzó a rezar (Padre Nuestro… Ven a nosotros tu reino… Líbranos del mal…) Una y otra vez, agarraba su cruz que colgaba en su cuello cuando una fuerza extraña cortó su cruz y se mantuvo flotando apoyada en el techo. Madelaine corrió desesperada hacia arriba y despertó a las otras hermanas. Ellas cuando bajaron a la cocina, vieron la cruz suspendida en el aire…



By: Yianna V. P

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